Culpabilidad.
Todos y absolutamente todos intentamos echar la culpa del conflicto cuando nos enfadamos con alguien. Se empieza a crear una necesidad enorme de echar la culpa porque tu mente está tan alterada que sólo ves cosas negativas en esa persona. Y se siente mal, porque aunque tengas razón una persona jamás mejorará si lo único que haces es decirle todo lo que está haciendo mal. Después te sientes culpable porque crees que no le has debido tratar así y le deberías haber dicho las cosas sin echarle las culpas.
Me di cuenta hace un par de meses de que cada vez que tenía un conflicto culpabilizaba a la otra persona de todo porque estaba convencida de que tenía razón, y sí, a veces la tenía pero no significaba que tuviera que intentar que mejorara eso que me molestaba montándole toda la culpa a los hombros. Y tranquilos, esto me pasa a mí, a vosotros, a vuestra familia, a todos. Esto ocurre porque, cuando tenemos un conflicto solemos tenerlo porque la otra o las otras personas han hecho algo que no te ha gustado o te ha hecho sentir incómodo, y ¿Qué pasa? que necesitamos que la otra persona pare de hacerlo porque en nuestro caso no lo haríamos. Esto pasa porque todos queremos y deseamos que las personas que nos importan actúen de la misma manera que nosotros actuamos porque nos da rabia que a veces no tengan sentido común para hacerlo bien o que nos falten al respeto. Sé que es complicado, pero no podemos pretender que los demás cambien su actitud por nosotros. Pero esto tiene límites. Primero los límites que una persona a sí misma se ponga, es decir, si tengo una amiga que cada vez que le digo algo que no le gusta sin intención de decírselo de forma negativa se pone a contestarme mal o de manera borde, pues no lo quiero, no me gusta y se lo digo, porque he cumplido con mi parte, decirle algo de manera respetuosa y sin ánimo de ofenderla, y si ella me falta al respeto, mi límite está ahí y no quiero que se sobrepase.
Debemos saber qué es lo que no queremos, nuestros límites y el saber cuidarnos a nosotros mismos cuando las demás personas se comportan de alguna forma que no nos guste, pero no intentar que actúen de la misma manera que nosotros actuamos porque eso nunca será así.
A parte de esto, quería hablaros de lo mal que se siente saber que has estado un montón de tiempo culpabilizando a alguien de vuestras peleas y de repente darte cuenta de que quien verdaderamente ha tenido la culpa has sido tú. Primero porque buscar culpables de algo que ya ha pasado no tiene sentido, segundo porque la mayoría de veces que lo hacemos, realmente estamos responsabilizando a otros de nuestros problemas, y por último porque nadie, y absolutamente nadie va a cambiar su actitud cuando lo único que hace la otra persona es decirle todo lo que hace mal y además de manera negativa.
Muy interesante el tema de responsabilizar a los demás de nuestros problemas, y en verdad nunca nos damos cuenta de nada. Cuando llegamos a casa cansados y hay algo que nos dice alguien y nos molesta, lo primero que decimos es que nos deje en paz porque ya nos ha pasado otra cosa mala. Por ejemplo, llegas a casa y te está esperando tu pareja para cenar, llegas de trabajar y has tenido un día malo, y tu pareja te dice algo que necesita hablar contigo porque le ha molestado. ¿A que lo primero que le decimos es "Déjame porque suficiente he tenido ya por hoy"?. SÍ, ESTO NOS PASA A TODOS, pero no es así. Esto les pasa mucho a las madres ¿no?, llegan cansadas y no podemos casi abrir la boca porque vienen cansadas. Pues no chicos, claro que cada persona tiene problemas, pero todos son importantes, no podemos quitarle importancia a otras cosas por el mero hecho de tener otros problemas. Debemos atender las necesidades de quienes atienden las nuestras y no podemos responsabilizarles de nuestros problemas.
Es muy difícil, y lo sé de sobra, sólo hay que proponérselo y todo ira mejor.
Fuente: Pixabay |
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